jueves, 26 de noviembre de 2015

Etapa 6ª DE IGUEÑA A RODANILLO 28, 4 km

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La noche en Igueña, digamos que fue toledana, pues el calor, las cervezas y demás hicieron que saliera del saco de dormir, y me colocara encima de él, y con las vueltas y revueltas terminé encima de las mantas que había encima del somier, y esa fue mi perdición, pues a la mañana cuando me levanté todas las nalgas había sido fruto del saqueo de las chinches, o sea que salí de Igüeña matriculado.

Recogimos nuestros bártulos y tras cerrar la casa y dejar la llave y una compensación económica de unos 5 E por barba en un lugar establecido, dimos una vuelta al pueblo, pero lo cierto es que tenía poco que fotografiar al menos para dos peregrinos en marcha hacia Compostela.

Mapa 6 Etapa

La etapa se nos presentaba totalmente desconocida, y dadas las indicaciones de Santiago el Alcalde de Igüeña, no parecía que hubiera mucho problema para seguir las huellas de la gente del Camino Olvidado que ha ido marcando desde hace dos años el trazado, aunque está muy justo, y en algunos sitios pues se induce a pérdidas, aunque no me queda claro si por falta de atención nuestra o por deficiencia de los señalizadores... Como recomendación siempre habría que poner tras un giro, un cruce o una señal vertical, una señal pintada a modo de confirmación unos metros más adelante

.Perfil 6 Etapa

Nos planteamos el ir a desayunar en Igüeña, para esperar al alcalde pero fue tarea inútil ni esto se presentó a su cita, ni hubo manera de desayunar pues como nos indicó una madrugadora y madura parroquiana “los bares no abrían hasta mucho más tarde (11 h) y más siendo domingo”, o sea que nuestro gozo en un pozo, lo cual a Maki no lo puso de buen humor, en tanto que a su decir “el no salía a caminar sin un café con leche y sus magdalenas, u de haberlo sabido hubiera comprado leche”, ante lo cual le comenté que yo llevaba provisiones y previsión para comer.., pero estaba al tanto de sus “particularidades” de las cual entendía que debía ocuparse él de ellas, a pesar de que yo había cogido sobres de café, infusiones, etc....

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Está claro que no empezamos bien la mañana y por tanto fuimos caminando un tanto distanciados uno delante del otro carretera de Boeza, (CV-127/1) rumbo Sur, siguiendo las flechas y soportes que había clavado el Alcalde y su cofradía de colaboradores.

Como a los dos kilómetros nos desviamos a la derecha dejando la carretera y el río Campo, para entrar en escenarios más montunos, encontrando a los pocos metros una cabaña de la que nos había hablado el Alcalde, y que hubiera sido también una zona interesante para dormir, pues tenía agua, zona para hacer parrilla, ignorando como estuviera en su interior, ya que estaba cerrada. Acampamos en su pórtico mientras hacíamos unas infusiones y apaciguábamos los ánimos. Los días de duro pateo pasaban su factura.

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Tras el desayuno nos pusimos de nuevo en marcha por escenarios de viejas explotaciones mineras dando vuelta a la Bázana y La Chana, cruzando ahora el río Martín y de nuevo recuperando el rumbo Sur hasta el límite municipal con el municipio de Bembribe, y ante una clara bifurcación nos pusimos rumbo Oeste para ir ganando altura y colocarnos en paralelo a la línea cumbral de una ladera de pinos, o sea que estábamos transitando por pistas comunales de los montes de Vadorbán, y cuando iba tomando altura y veía a mi izquierda los trazados y las viejas cajas de caminos me planteaba si habría habido una recuperación histórica de El Camino, o este se había echado por donde más convino...? Y con ello no estoy poniendo en solfa lo realizado, sino que al contemplar los trazados por la zona más de valle, y algunas viejas cajas de caminos viejos, me hacía esta pregunta.

Lo cual vino en parte respondida cuando las flechas nos enviaban hacia un corto descenso, dirección Sur y al poco nos marcaban un nuevo giro a la derecha para entrar en un viejo camino por El Gandarón hacia Quintana de Fuseros, al otro lado del giro, venía en plano un viejo cordel, eso sí ya muy cerrado y lleno de broza.

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Llegar a Quintana de Fuseros, que no sabíamos ni donde estábamos, fue todo un alivio, pues a las puertas del pueblo sin apenas entrar encontramos el Bar social y allí hemos recalado para tomarnos unas bebidas calientes y pedir unos bocadillos, que parece ser que no había.

Mirando por la ventana del edificio, pronto reconocí el lugar, pues hacía años anduve por estas tierras con el club Asturcón BTT a eventos que por aquí se organizaba con buen resultado y disfrute de todos ciclistas y parroquianos. Fué con ese tema como sintonicé con la buena señora que regentaba el bar, y pronto hicimos algo de chance y tras hablar de unos y otros, pronto fueron posibles unos buenos bocadillos, uno de chorizo casero en rodajas y otro de jamón y queso, todo ello a base de buenas lorzas de pan de trigo y centeno en formato de hogaza que junto con las cervezas de Maki, y una botella de vino para la bota, supusieron un desembolso de apenas 12 E, los bocatas impresionantes.

Este notable pueblo del Alto Bierzo “Quintana de Fuseros nace de la mano de los Templarios en el siglo XII como la reconstrucción de la Villa de Taurón, destruida por el islamita Alamanzor en su lucha contra el cristianismo e intento de aniquilamiento del floreciente Camino de Santiago. Esta villa, que se había alzado sobre las ruinas de Interamnium Flavium, fue la capital de la I Tenencia del Boeza, primer condado del Bierzo, administrado como si un pequeño reino fuera, por su primer conde, Gatón, hermano de Ordoño I, de quien su hijo y sucesor, Alfonso III, construyó en ella un castillo, cuyas ruinas, con la villa de Taurón, fueron donadas a los Templarios antes de la fundación de Ponferrada. Su territorio llegó a formar parte de las posesiones del Conde Luna”

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De aquí subimos hacia el centro de Quintana de Fuseros, donde nos fueron explicando unos y otros los caminos a seguir, como “todo a la izquierda”, etc.., nos daban explicaciones hasta detalles mínimos, pero ignoraban si estaba marcado o no como Camino de Santiago, y como ya me conozco las indicaciones de los paisanos y su configuración del territorio que ellos tienen en la cabeza, pues tomé como referencia tales indicaciones, y me dejé llevar por las señalizaciones santiagueras.

Se me había olvidado, tanto pensar en Prisciliano olvidada que la Tebaida berciana y su santos patrones San Fructuoso y San Genadio, anduvieron pos estas tierras de Fuseros donde parece según cuenta Ovidio Molinero que en Fuseros queda “Otra muestra, puede ser una mansión , con caballeriza, solana y oratorio con los signos de la Cruz de Alfonso III en los sillares que forman las jambas que sostienen el dintel arqueado del mismo” Para entender algo más de este rey Alfonso III les dejo este enlace a un denso trabajo sobre su obra.
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En Fuseros me quedé rezagado con el tema fotográfico del cementerio y su capilla, y me queda pendiente acudir a la famosa procesión de los amortajados que se desarrolla en los entornos de la Ermita del Santo Cristo el 3 de mayo, y a buen seguro que alguna otra curiosidad me he dejado, amén de las que me fui encontrando como la fuente de San Isidro y su mocote de piedra con fósiles y el pequeño homenaje a las mujeres que labraron la tierra.

Por cierto cuando salíamos del pueblo viene Maki, y me suelta un buen puñado de castañas asadas que le había dado un buen paisano a la altura de la fuente de San Isidro. ¡¡¡Jope castañas asadas ya en septiembre? Este año viene todo muy adelantado¡¡¡

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Seguimos pues por el Alto Bierzo, que desde Quintana de Fuseros el Camino sigue por una amplia pista hacia el Sur por La Vega para ganar La Collada e ir trepando al cordal que veíamos al frente a la hora de salir de Fuseros y que sube hacia el Alto de la Labrañuela, a la vez que vemos pueblos con Cabanillas de San Justo, pudiendo ver a nuestra espalda los monte que lindan con Omaña y El Bierzo, y uno se queda pensando lo que son las divisiones político -administrativas.

No me queda mucho tiempo para pensar pues debo prestar atención al camino, pues las marcas satiagueras, son más que escasas y nos pueden dar un susto, como así fue a la altura de la Gándara y Los Nogales, a cuya altura perdimos las marcas y que confundían con otras que nos llevaban hacia el Sur hacia el pueblo de Tedejo por el Alto de la Retoma. Cuando nos dimos cuenta nos habíamos desviado de la ruta.

En estas estábamos, “más perdidos que la Hilaria”, pues sin guía y sin marcas, y dado el calor reinante y la pocas ganas de remontar camino hacia la zona de pérdida, me senté unos momentos para recomponer la situación y entre el teléfono y el GPS reubicarme y ver posibles soluciones, pues según un mapa pequeño que tenía en el móvil había que ir hacia Lebaniego, en eso estaba cuando Maki monta en cólera, y me recuerda lo de ir siempre a la izquierda, y que vaya huevos que tenía con sentarme, digamos que no me tiré a su yugular porque a buen seguro que me puede. Al final opté por seguir los caminos más lógicos para ir hacia Lebaniego, una vez tomamos con referencia la riega de Rodicós. De ahí que en el track adjunto se vea ese extraño rodeo en Las Baragañas.

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Una vez entrados en el solitario pueblo de Lebaniego, nos sentamos en su plaza con su amplio pilón de agua, y nos dedicamos a refrescar nuestros cansados pies y a dar cuenta de una parte del bocadillo que la señora de Fuseros nos había preparado. Lo hicimos despacio, el dar cuenta de nuestras vituallas, gozando el agua y del entorno y de una temperatura que viene siendo increíble, pues quitando la niebla del primer día y el chubasco de Ambasmestas

Tras la comida nos volvemos a poner en marcha, viendo que el pueblo más cercano a alcanzar es Arlanza, que está a tiro de piedra por los accesos interiores de los dos pueblos, sin embargo las marcas santiagueras que nos meten por un lateral del pueblo de Lebaniego, que es por donde bajan sus aguas negras, y esta con basuras, y en bastante mal estado, o sea una imagen poco bucólica como para alguien que viene disfrutando de unos parajes excepcionales, aunque en el Bierzo la presencia minera se deja notar, aunque en estos pueblos algo menos, tal vez con más pujanza en Igüeña.

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El trazado desde Lebaniego, como digo, sale en descenso, muy feo y poco aconsejable hasta cruzar la riega de Rodicós rumbo Sur, para luego ir tomando altura por un bosque de robles por los Barredines hacia el Jucal desembocando en el núcleo de Ardanza, donde una serie de mujeres de diversa edad, conversan en la calle, y quedan extrañadas de ver pasar peregrinos por esas tierras pese a las marcas. Paramos un momento a charlas con ellas ya que nos ofrecen de forma exquisita saciar nuestra sed y preguntamos sobre peregrinos que pasan por estas tierras y ya nos dicen que “escasos”.

Cuando les preguntamos sobre albergues u hospederías, la verdad es que desconocen todo lo que hay a su alrededor sobre El Camino, marcas, albergues, etc, digamos que viven a espaldas del incipiente fenómeno santiaguista.

Proseguimos el camino ahora en ascenso por la L-1592 hacia el pueblo de Losada, cuyo eje asfaltado no dejaremos prácticamente hasta llegar a Rodanillo ubicado en el seno del trayecto del Camino Olvidado.

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La tarde va quedando fresca a la altura de la salida de Losada, nos encontramos con un bar y un hostal (Las Eras) , donde nos quedamos a tomar un par de frescas San Miguel, a la vez que Maki, aprovecha para sellar las credenciales y estrechar lazos con el tabernero, al final Maki parece convencido de quedarse a dormir en hostal-albergue, ante lo cual se ofende pues yo planteo seguir unos kilómetros, para ganar un poco más de recorrido, pues preveo que la etapa de Rodanillo a Columbrianos será complicada.

Le gustó el sitio y los pinchos, pero le planteo que debemos también ahorrar algo de presupuesto, pues cuando lleguemos al Camino de Francés vamos a tener algunos gastos más, por tanto a trancas y a barrancas, le convenzo y salimos hacia Rodanillo, ya con el atardecer mordiendo nuestros talones, de hecho entramos en Rodanillo según el GPS con 29,8 km unas casi 7 horas en movimiento y 1.240 mts de ascenso acumulado.

Rodanillo nos sorprende por ser un pueblo eje, por cuyo centro pasa la carretera, y prácticamente no nos ofrece ninguna posibilidad de dormir fuera del antepecho de la puerta de su monumental iglesia, aconsejando por mi parte a Maki que su alojamiento lo ubicara en el novísimo campanario de tres cuerpos, a una altura considerable, ¡¡Menos mal que las campanas estuvieron mudas toda la noche¡¡¡.

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Prácticamente en cuanto nos instalamos los vecinos que salieron a la “fresca”, no dejaron de pasar cerca de nuestro pequeño campamento jacobita, o bien para dar las buenas noches y fisgar que hacíamos, o para pegar la hebra sobre el Camino o la presencia de peregrinos, u otros acontecimientos que ellos consideraron de interés tratar con nosotros.

No comimos el resto de los bocatas que compramos en Fuseros y alguna vianda más, y con ello y unas infusiones nos fuimos para el catre al aire libre, que sería para nuestra última noche al aire libre.

Así se cerró una etapa más preocupados por la navegación y la buena marcha de la rutas, que sobre los temas filosóficos, y más centrados también en ubicar pueblos, montes y sierras para poder situarnos.

Así pasó una etapa, en general muy bonita en su recorrido general que nos iba metiendo poco a poco en los entornos del Camino Francés
Víctor Guerra