domingo, 11 de febrero de 2024

El Monasterio de Santo Toribio y Pedro Álvarez su cronista

 


 La figura de Santo Toribio y el monasterio de San Martín de Turieno, no deja de ser curiosa porque estas dos cuestiones no ocupan más allá de una cincuentena de reseñas bibliográficas. más o menos accesibles, por tanto, tener en la manos un libro como que se ha editado recientemente: El Monasterio de Santo Toribio de Liébana y la Reliquia de la Cruz, cuyo autor es Pedro Álvarez, cronista oficial de Liébana, es todo un lujo.

Tener en las manos dicho libro ha sido toda una peripecia, el cual vino tras un viaje peregrino por las sierras y valles cántabros y al llegar a Potes y concertar una cita para un saludo delante de un té y un café antes de reemprender, de nuevo el camino peregrino a casa, Pedro Álvarez me entregó su impresionate libro, que pesa los suyo dado su formato, tras la entrega pasó a desgranar tal y como dice el subtítulo la Historia, Reliquias, Lignun Crucis y Nuevos Descubrimientos. O sea que en las manos me encontré con un tesaurus cuasi enciclopédico que atesora en su quehacer investigativo Pedro Álvarez desde hace años, y que queda muy bien reflejado en dicho texto.

Lo primero que se deja ver en la estructura del libro tras leer las primeras páginas, es que Pedro Álvarez no construye una narración histórica sobre el viejo monasterio de San Martín de Turieno al a albur de las elucubraciones varias, sino que su trabajo viene trufado de aportes documentales, y como buen positivista, se ciñe a los documentos para construir un relato coherente sobre el devenir de un monasterio que hunde sus raíces en el Asturum Regnun, allá por el siglo VIII, aunque ateniéndonos a lo que dije antes,  Pedro Álvarez, no hace elucubraciones, sino que va a las fechas, y de ello resulta que  San Martín de Turieno aparece en el Cartulario de  Santo Toribio, fechado por primera vez en el 828, con la donación de Popendio y Nonita de la iglesia de Viñón  «et concedimos ipsam ecclesiam Santi Petri coum nostas casas ad San Martino, ecclesia qui est in loco que uocator Torenaio et religiosos feretri dommno Eterio».

Aquí empieza la historia del monacato lebaniego del cual iremos conociendo sus desarrollo mediante los documentos de compras y ventas, así sabemos que en el 915 los monjes de San Martín, se componía de diecisiete almas dedicadas al cenobio eremita, del cual sabemos que en el 925 ya se empieza a conocer bajo las dos denominaciones, San Martín, advocación devenida en memoria del monje carolingio de Tours, y la nueva advocación de Santo Toribio referido al Santo de Astorga,  el cual ya aparece en el Cartulario monacal en el  925, mediante una cita acerca de un enterramiento cenobial; en otro documento de 1316, del prior Don Toribio cita que «et IX imagines et de cera mayores al altar el cuerpo santo » y cuya imagen de Santo Toribio se puede ver en el seno de la iglesia, mediante una talla del siglo XIII o principios del XIV realizada en base a un enorme tronco de olmo burgalés cuyo escultor nos dejó un impresionante Santo Toribio yacente, hoy colocado encima de la cripta donde estaba enterrado el citado cuerpo del Santo, de cuya cripta da pistas un interesante escrito del abad de San Salvador de Oña, en una vista que realizó en 1527

La labor de Pedro Álvarez, no arranca con este libros, sino que es el resultado de una vida dedicada a la investigación que comienza con un primer libro editado en 1995 titulado: El Monasterio de Santo Toribio de Liébana y el Lignun Crucis, en donde ya se vincula de forma indisoluble las tres patas de la investigación, que a modo de la santa trinidad forma un suelo cuerpo: el cenobio de San Martín, el Lignun Crucis, y la figura de Santo Toribio.

De esta manera el autor del libro, va narrando los hechos que acontecen en el entono monacal lebaniego mediante una cronología documental que se va a adornando de muy buenas fotografías a gran tamaño, pues el libro de 29,5 x 21,5 cm permite esa buenas impresiones fotográficas.

El libro aporta un índice que comienza tras los clásicos agradecimientos institucionales y personales con un capítulo dedicado a la Historia (págs. 19-85); luego viene el resto:  Iglesia, excavaciones y georradar (Págs. 91-147); Lignum Crucis y Cofradía de la Santísima Cruz (Págs. 173-290); Milagros y Documentos (Págs. 293-315); Curiosidades y Viajes Reales (Págs 329-359); Antiguos Monasterios y Ermitas (Págs 371-415); Peregrinos y Año Jubilar (Págs. 431-473), luego ya viene el capítulo de Anexos y Bibliografía, conformando un libro de 515 páginas y tapas duras.

Hay en este compendio investigativo un interesante capítulo dedicado a los trabajaos con un georradar que ha permitido ir sabiendo más cosas sobre el desarrollo de este monasterio, y el autor ha plasmado en el libro varias fotografías para ir mostrando las diferentes fases constructivas del cenobio y sus dependencias y sus posibles cronologías históricas. Ese trabajo deja ver que, bajo el suelo de la iglesia gótica, aparecen muros, cimientos varios, tumbas tanto en la iglesia como en entornos profanos. Unas dieciocho páginas de una interesante prospección que deja ver en parte tal evolución constructiva y que de algún modo marcan la línea a seguir sobre las posibles excavaciones arqueológicas en el monasterio turibiense.

Este libro es de dificil descripción a la hora de hacer la reseña, pues el lector se encontrará con cientos y cientos reseñas documentales y sus respectivos comentarios contextuales lo que nos ayuda a conocer al dedillo no solo su construcción del cenobio, sino también su historia y desarrollo y vicisitudes que las tuvo, y muy serias.

Hay creo, que dos cuestiones importantes en lo relativo al Monasterio de San Martín de Turieno /Santo Toribio de Liébana, una de ellas  largamente tratada, y que a mi juicio  y al de la historia, resulta capital y nuclear, sin ella este monasterio sería como otros muchos, y lo que marca la diferencia es la presencia de  del leño de la cruz de cristo, la cual se cita  en el Cartulario de Santo Toribio en el 1136, en cuyo documento mediante un inventario que se hizo,  indica lo siguiente «et una cruz de plata con el Lignum Domini» lo que se confirma por otro documento de 1398, pero será en 1591 en una carta de Felipe II este manifiesta  que en dicho monasterio lebanienese «hay un hospital en el cual se acogen a los pobres necesitados que por devoción van de ordinario a visitar aquella casa en la cual tiene un brazo izquierdo de la santísima Vera Cruz».

Impresionante relicario de metales nobles entre los cuales está inserto el  trozo del leño, el cual sufrió  algunas esquilmes, olvidos, persecuciones hasta volver a ser la refulgente luz del valle lebaniego,  que para más inri cuenta con una cofradía propia, que es por otro lado la más antigua de España, la Cofradía de Santo Toribio,  que se fundó, en 1181, por los Obispos: Juan, Obispo de León; Raimundo, Obispo de Palencia; Rodrigo, Obispo de Oviedo; y Marino, Obispo de Burgos, y que ha estado siempre detrás de los designios del monacato y de la llamada Vera Cruz.

Que por cierto tampoco, aquí Pedro Álvarez  entra en el emboscamiento acerca de la llegada de las reliquias y las vía o modos de como eso llego a Liébana, ya que hay autores que indican que estas son parte  de las reliquias  existentes en san Salvador de Oviedo, sin aportar muy bien datos de  cuando fueron desgajadas unas de otras, aunque el autor del libro reseñado nos dice que tanto las reliquias traídas por Santo Toribio de Astorga, y el propio cuerpo del santo monje, fueron entregadas ante una posible profanación por parte de los muslimes, por lo propios maragatos para que fueran trasladadas a Liébana.

La otra cuestión curiosa que me ha llamado la atención es el poco espacio dedicado a Beato de Liébana, apenas una hoja y media, de cuyo contexto se saca que hay documentos en el Cartulario lebaniense de los años 826 y 828, donde aparecen los nombres de Beato y Eterio, y poco más, salvo la mención de sus obra y la visita a Santianes de Pravia en el 785 como de pasada. Lo cierto que resulta un tanto escaso el aporte, claro está que documentos deben ser escasos y Pedro Álvarez es remiso a entrar en disquisiciones históricas, incluso dada la importancia histórica de Beato, y sus trasiegos y andanzas que hicieron que Liébana apareciera en la demarcación histórica entre el Regnun Asturorum y el Impero Carolingio.

Otra cuestión que se deja entrever, y tal vez por el peso localista que tiene la investigación sobre un input de la calidad y peso como es el Monasterio de Sant Martín de Turieno/Santo Toribio de Liébana es la escasísima presencia del reino visigodo en toda la trama, o sea la presencia de ese Asturorum Regnum en toda esta historia eclesial, y como no territorial, que tan puntualmente recoge Pedro Álvarez, pero queda tal cenobio como desgajado de la historia del naciente imperio visigodos astur cuando sabemos de la importancia que tuvo la iglesia y los monacatos en tal desarrollo donde Liébana fue un territorio asturiano dentro de aquella antigua demarcación de la  Asturias de Santillana.

En fín, Pedro Álvarez en este caso, oficia con este libro de cronista de la cuestión turibiense, pero ceñido al documento, huyendo de esa otra  configuración histórica de la interpretación a la luz de los documentos entrelazando realidad y elucubración que  se puede  ser un desbocamiento total, sino se tiene muy bien tejida la urdimbre histórica, y teniendo en cuenta la época y los documentos, creo que hace el aporte necesario para conocer in extenso la historia del Monasterio de Santo Toribio donde asentó sus saberes Beato de Liébana y Eterio Obispo de Osma .

En todo caso es un libro que merece tenerse en el gabinete de lectura para una atenta lectura que precisa armarse de paciencia benedictina ante tanto dato y cita, pero bien merece la pena el esfuerzo, porque a la luz de esa aportación Santo Toribio de Liébana se rescata del olvido histórico.

En todo caso en cuanto las dudas e incógnitas, los asturianos la pueden resolver el día 20 de febrero del 2024 asistiendo al acto de presentación que habrá en la Casa de Cultura de Avilés a las 19,30 horas.

Para comprar un ejemplar se puede hacer o bien en la Librería del Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria) Tlf.  942 730550  Email: 16abrilsantoto@gmail.com, o en las librerías de Potes: Casa Wences : Calle Dr. Encinas 8  Tlf. 942 730033 Email. info@casawences.es     

Victor Guerra