martes, 30 de abril de 2024

Cierre Puerta del Perdón Stº Toribio de Liébana Etapa 2º Miyares- Cangas de Onís

 

Etapa de Miyares a Cangas de Onís. 20 Km +554 mts. y - 647 mts.

El descanso en el albergue de La Figar de Miyares, fue confortable, y más cuando nos sentamos ante un desayuno de pan tostado, mermeladas y jugos caseros, digamos que la señora Victoria se desvivió en atender nuestras necesidades, y nosotros nos los tomamos con calma, por delante solo había unos 20 kilómetros, y salvo las tachuelas de Llames de Parres y la subida de Viabaño, lo demás es de fácil caminar y además en un día que amanece bueno y confortable para el paseo caminero.

Tras la foto de rigor ante el albergue, nos pusimos en marcha dejando de lado AS-358 para tomar un carril interior que en primer lugar nos llevó a Estrada y La Goleta donde conectamos con la carretera local de PI-11, tras contemplar los restos de las antiguas escuelas de La Goleta que como ya viene siendo habitual fueron promovidas por los Indianos en su labor de mecenazgo, que el caso de La Goleta abarcó el sueldo de los maestros y la manutención de algunos alumnos.

 

Escuelas de la Goleta

Durante unos kilómetros nos tocará andar por asfalto, dejando la susodicha carretera por un acceso aún más local y cumbreño que nos llevará por Cabastiana, La Espilonga, y en cuyo trayecto podremos ver la siniestra la Sierra del Sueve.


 En la falda del Sueve, en esos valle que quedan a la izquierda se puede ver el afamado palacio de los Cutre cuya palabra « ya figura en la crónica real de Alfonso III, respecto a la huida de D. Pelayo a Covadonga y dice así: “Los emisarios de Munuza, quizás decididos por mediación de la hermana de D. Pelayo, se adelantaron hacia las tierras llamadas de Cutre, al norte de “Brece” con el caballero que cabalgaba tranquilamente hacia la desembocadura del río “Cúa”, donde se precisaba vadear el Piloña y tomar los montes de la otra orilla…» es un palacio casi seguro que perteneciente al siglo XVI, y que ostenta los escudos de los Oviedo-Portal y los González Cutre.

 Un poco más aadelante y más arriba el Palacio de los Rubianes, que fue solar de los Antayo y propiedad del Marqués de Vista Alegre, título otorgado en la segunda mitad del s. XVIII;[1] por encima de este palacio viene del significado collado de Campucima, el viejo Camino de Carrandi que se dirige hacia la Cruz de Bárcena en ese permanente trasiego hacia los puertos de la meseta.


Ilustración 20 La marcada collada de Sobrecima

Esta es una zona de palacios y casonas, pues, aunque no lo veamos entre la Torea y El Pino se halla el desvío hacia otro buen palacio como es el de Sorribas que preside el valle de Sevares.

Nuestra ruta que sigue por asfalto por La Ferrera, donde un ramal peregrino va hacia San Antón de Nevares cuya traza ya se puede coger en Brez y por Cereceza pasar a Las Colladas a buscar el enclave eremítico de los desmembrados de San Antón de Nevares y pasar a las Arriondas por Cuadroveña hacia la iglesia de San Martín de Tours.

Pero nuestro periplo desde La Ferrera baja al Puente para cruzar la carretera N-634, y que tras cruzar el río Piloña y la vía del FEVE, se coge el sendero que nos sube a Villar de Huergo, a estas alturas ya nos hemos quedado descolgados Carol y yo, del grupo que ha ido directo al bar de la Venta de Llames de Parres.

En Villar de Huergo nos damos de bruces con los señalizados caminos de Santuarios y de Las Peregrinaciones, cuya trazado es común para todos. Vamos circunvalando el río Piloña y tomando altura hasta que en las inmediaciones de Llames nos damos de bruces con la solitaria iglesia prerrománica de San Martín de Ex coto, que ese sería su nombre, ya que dependía del Coto de las monjas o Dueñas de Soto.


Ilustración 21 San Martin de Tours del Ex- Coto (foto Dani Pérez)

A su pie, Dani y Mónica, que nos damos un tiempo para contemplar algunos aspectos del este extraño templo, cuyos restos parecen ser parte del monasterio de Dueñas, y donde se encuentra una tocas representación pétrea de la Cruz de los Ángeles de Alfonso II.


Ilustración 22 Representación en la portada de San Martín

Ya reagrupados, nos dirigimos a Llames de Parres, donde nos encontramos a Joao y Armando Cofiño, sesteando, pues el bar estaba cerrado, y era de ir pensando en comer, y un buen sitio era acercarse al monasterio de Villanueva, por lo cual pusimos cada uno a su ritmo hacia la iglesia y molino de Viabaño, tras el cual se toma el Camino de la Reina, aquel que se remozó cuando la Reina Isabel II visitó Covadonga en 1858, un camino que se cree documentado en tanto que fue utilizado por la Legio VII (época del emperador Galba) y que comunicaba Suances con Lugo de Llanera).


Ilustración 23 Caprichos de la naturaleza

Tras dejar atrás el molino, este paso nos da acceso a Romillo, entrando en la población justo al lado de la capilla de San Lorenzo, del siglo XVIII; tras cruzar el caserío y llegar a la carretera PR-5 se baja hasta el puente que nos permite cruzar el río Mampodre para ascender por asfalto hasta Romillín, en donde se toma un desvío hormigonado justo al lado de las antiguas escuelas, donde se halla también la capilla de San José, de estilo barroco del siglo XVIII,


Ilustración 24 Ermita de San José

La pista hormigonada que pasa por detrás de la capilla desfila por entre zonas de prados, y nos lleva hasta el desvío, bien hacia el pueblo de Sobrepiedra, hacia donde han ido Mónica y Dani, pero dado que Carol, va toda torcida por un dolor en la cadera optamos junto con Armando en irnos directamente hacia La Vega de los Caseros que nos da acceso al monasterio de Villanueva.

La vista del valle o desde Sobrepiedra del conjunto monacal de Villanueva, que yo conocí totalmente desvencijado, gracias a Paradores Nacionales, hoy es un edificio noble, que se puede visitar, y donde nos dimos el gusto de tomar unas buenas hamburguesas y recrearnos luego en la contemplación de algunos de sus rincones.


Ilustración 25 Monasterio de San Pedro de Villanueva

En San Pedro de Villanueva, podemos contemplar la iglesia conventual que está ahora en obras.

Luego, amen de la fuente manantial de monasterio, se puede ver la portada de la iglesia que nos muestra diversas figuras y representaciones como el beso del caballero, que aquí las leyendas le adjudican tal escena al rey Favila.

Ilustración 26 Iglesia de San Pedro de Villanueva

En la zona del ábside tenemos también algunos canecillos además de las firmas que los canteros nos dejaron en los sillares. Que al final de todo era la constatación para poder cobrar. ¿Qué el trabajo, lo que menos importaba era el nombre del autor, si además éste formaba parte de un taller que era contratado por su reconocido buen hacer? Trabajo no les habría de faltar, lo importante era el prestigio del maestro, el cual se transmitía a su equipo y su fama trascendía de pueblo en pueblo. Y dejar la firma personal, ¿para qué vamos a firmar, si no sabemos escribir y aquí casi nadie sabe leer? Hemos trabajado, hemos cobrado, ¿qué más queremos?”


 Pero no todos los canteros eran tan modestos y es así que tenemos en el este conjunto y casi que desapercibidos signum magister, un me fecit y dos retratos en piedra, probablemente de los dos personajes que hicieron posible la obra que contemplamos: el maestro que construyó y el abad que encargó y pagó.

Y es así como nos topamos en el ábside con el maestro de obras de Villanueva, es decir, un hombre con estilo propio que se puede ver en un canecillo del absidiolo Sur, casi en el rincón que forma con el ábside central, «tenemos a un personaje cómodamente sentado, con barba y crespina, símbolos todos de autoridad, experiencia y sabiduría, con sus ojos ahuevados, como no podía ser de otra manera, vestido con túnica talar característica de la época, que nos muestra una filacteria con una marca en forma de letra ese, con la cual nos quiere dar a entender que él es (presuntamente) el autor de toda la serie de canecillos y metopas que llevan, además, su impronta personal de ojos abultados y, en su caso, labios exagerados. Se ha retratado y nos está informando de quién es desde su silla de maestro.


Otra cosa que apenas si nos fijamos en ella, los compañeros Joao y Armando, tenían cierta prisa, aunque ignoro para qué, o tal vez esto de las piedras les da igual, por tanto, no pudieron observar un extraño fenómeno que se da en Villanueva, ya que en dicho lugar se han hallado otros dos fenómenos denominados «caladrios».

Estas son criaturas tan misteriosas en su esencia y en cuanto a sus representaciones. De esa ave fantástica fruto de la leyenda solo existía constancia de dos tallas en piedra, ambas del siglo XII: una en Alne, en Reino Unido, y otra en la iglesia de San Andrés de Montearados, en Burgos.


Pues bien, el experto en temas románicos Antonio García Francisco nos mostró que en Villanueva hay unas representaciones de los tales «caradrios o caladrios» , o sea «un pájaro del cual ya se hablaba entre los siglos II y IV en la obra 'Physiologus'». Que atribuye al caradrio la propiedad de augurar si un enfermo vivirá o morirá. Si el ave le vuelve la cabeza, su destino es la muerte; pero si por contra le mira a los ojos se salvará, pues se llevará volando su enfermedad.

Caladrio de Villanueva

En realidad, no se sabe a qué pájaro se refiere, pero se cree que pudiera ser todo blanco, lo que nos lleva a aventurar que pudiera ser un pájaro de río, o sea una lavandera blanca, que tiene marcas en la cabeza que se asemejan a una calavera y que en Irlanda se consideran aves místicas. Según TH White, pocos comerciantes de aves exhibirían el Caladrius porque la gente entraba para ver si el pájaro apartaba la vista de ellos y luego salía de la tienda sin comprar nada.

 La simbolización de este caladrius devendría en la metáfora cristiana a Cristo, que es de un blanco puro, sin rastro de negrura del pecado. Debido a que los judíos no le creyeron, Cristo volvió su rostro de ellos hacia los gentiles, quitando y llevando los pecados a la cruz. Cristo se aleja de los impenitentes y los desecha; pero a aquellos a quienes vuelve el rostro, los sana nuevamente.


Podríamos pasar horas en ese quietismo observante, para intentar descifrar cada elemento por separado, pero nos han pedido que seamos puntuales en la llegada a la pensión Fermín de Cnagas de Onís, y pretendemos ser obedientes, y más cuando los compañeros Armando y Joao se muestran cansados de esperar, sobre todo Armando que le han dejado colgado, ya que João a eso de las seis de la tarde ya está metido en la cama e inmerso en sus tareas de influencer fotográfico caminero con su grupo de On My Way .

Desde el Monasterio nos fuimos caminando, antes saludamos a una Palacios, o sea a una tía de Dani que habita en Villanueva, y el resto nos fuimos caminando por la senda fluvial del Sella hacia Cangas de Onís.

Podcats RPA UN BUEN DIA PARA VIAJAR

Victor Guerra



[1] El marquesado de Vista Alegre es un título nobiliario español, creado como título de Castilla por el rey Carlos III en 1761 a favor de Antonio Agustín de Antayo y Monterde, señor del coto de Viyao en la parroquia de Borines y de la casa de Rubianes en la de Cereceda, todo en el concejo asturiano de Piloña, su alcalde y alguacil mayor, regidor perpetuo de Oviedo y diputado a la Junta General del Principado. (https://es.wikipedia.org/wiki/Marquesado_de_Vista_Alegre) y también Andrés Martínez Vega escribió un trabajo sobre: El solar asturiano de los Antayo y su acceso al marquesado de Vista-Alegre. I Congreso de Estudios Asturianos: Oviedo, del 10 al 13 de mayo de 2006.