martes, 23 de abril de 2024

CIERRE DE LA PUERTA DEL PERDÓN SANTO TORIBIO DE LIÉBANA .1ª Etapa : Villaviciosa-Miyares

  

Ilustración 1 Participantes: Dani Pérez, Armando Cofiño, Joao Gonçalves, Mónica L. Pato, Carolina M. Elena

Nuestro viaje caminero a Santo Toribio de Liébana

Este viaje, con más o menos variantes, lo llevamos realizando desde hace dos años, en concreto los años 2017-2018 y 2023-2024

Con ocasión del año jubilar del 2023 -2024 acudimos tanto a la Apertura de la Puerta del Perdón, que se celebró el 16 de abril, cuyo desarrollo ya conté en su día en el blog: https://www.asturiasperegrina.es/search?q=Apertura  esta  Apertura se realizó el  14 de abril del 2023.

Y  ese mismo, grupo inicial con algunas nuevas incorporaciones de integrantes acudimos en esta ocasión al Cierre de dicha Puerta del Perdón, los cuales nos fuimos concertando para acudir a dicho evento, pero con la idea de cambiar un poco el itinerario a desarrollar, si en el año jubilar 2017-2018 hicimos el Camino de los Francos, o Camino de los Santuarios, ahora la idea que me rondaba era salir de un lugar tan emblemático como el Conventín de San Salvador de Valdediós con su monasterio adosado, pero ello no fue posible dado que el albergue para peregrinos permanece cerrado hasta el mes de mayo, o sea que nuestro gozo en un pozo, por lo cual el lugar de partida fue Villaviciosa.

Ilustración 2 Mapa parcial de la ruta

De aquí partimos un 8 de abril para cubrir unos 132 kilómetros que hay entre Villaviciosa y Santo Toribio en unos siete días,  durante los cuales se articula un trazado variopinto en el cual están presentes caminos como la Ruta del Garrapiellu o Camín de Covadonga empatando con otros como el Camino de los Francos, hoy rebautizado por los factótums asturianistas como Camino de los Santuarios, por cuya traza seguiremos hasta Arenas de Cabrales para subir a Sotres y pasar por el costado norteño del macizo Oriental o de Ándara por su significado camino minero hacia el Collado Pelea que nos da acceso a la aldea de Cabañes para dejarnos luego caer hacia Potes, con la posterior subida hasta San Martín de Turieno.

Este fue el periplo caminero.

Ilustración Participante en Capilla de Amandi. Armando Cofino, Joao Gonçalves y Mónica L. Pato

Etapa: Villaviciosa- Miyares 24 km + 633 mts y – 552 mts.

Dimos comienzo al este periplo caminero el 8 de abril en Villaviciosa (Asturias) donde nos conjuntamos a las 9,30 horas en la terraza del Café Vicente, los caminantes: Carolina Martínez Elena, Monica L. Pato, Armando Cofiño, Joao Gonçalves, Dani Pérez, y el que suscribe, y al calor de unas buenas tazas de té y café esperamos a que escampara la pertinaz lluvia que tenía vocación de persistir, como así fue, de tal manera que a eso de las 10, 30 horas echamos a caminar rumbo a Válbucar lugar donde se empata con el Camín de Covadonga.


Un paseo por la villa de Maliayo,

El paseo parte de la porticada iglesia de Santa María del Concejo o Santa María de la Oliva, (1207) con sus esculturales jambas que nos muestran diversos personajes, aunque sus testas se hallan gravemente mutiladas y presididas desde lo alto a modo de clave por una imagen escultórica dedicada a la Virgen, llama la atención en el conjunto la profusión de cruces patadas que según algunas calenturientas mentes se les asigna a los templarios, y tras ver tal enclave pasamos por delante del conjunto escultórico dedicado a Obdulio Fernández Pando, y conocido como La Manzanera obra del escultor Mariano Benlliure.

Ilustración 4 Portada de Santa María de la Oliva

Se da la paradoja de que tal escultor tenía una marcada membresía masónica, algo que en los tours turísticos no se indica, pero que está presenta en algunas partes del poblamiento, por ejemplo el edificio del Ateneo Obrero, en cuya junta fundacional estuvieron presentes notables masones, otra presencia masónica se puede ver en la parte posterior del monumento al Príncipe de Gante (Carlos V) que muestra un homenaje a un preclaro hijo de La Villa, y preclaro hijo adoptivo de Maliayo como es Mariano Merediz Díaz Parreño republicano y a la sazón notorio masón de la logia Jovellanos de Gijón.

Ilustración 5 Ateneo Obrero de Villaviciosa

Esa presencia masónica llega de forma diferida, por ejemplo a la escultura que se halla en La Acerona una escultura en homenaje a José Cardín: Exaltación de la Manzana, que se representa mediante un sombrero y unas manzanas que llevo adelante Eduardo Úrculo, y que tiene su matiz masónico, dado que el artista estaba casado con la autora de la primera obra sobre la masonería asturiana: Victoria Hidalgo, cuyo texto fue premio Uría Riu, y aquí se publicó mi primer libro sobre el mismo tema: La Masonería en la Comarca de la Sidra.


Por si fuera poco, este concejo, creo que es el único que ha reunido o reúne a cinco conciudadanos miembros de la masonería, y los cinco han sido distinguidos grados 33º de dicha Orden.

Ilustración 6 La Manzanera y abside de La Oliva

Pero dejemos el tema hiramista para adentrarnos tras la contemplación del conjunto que se nos presenta en la plaza de la D. Obdulio, las Escuelas Graduadas de la época de Primo de Rivera, el teatro Riera frente a la bella asturiana con un cesto de manzanas, que nos a paso a dos bonitas calles de rancio abolengo, la del Agua y la del Sol, a cuya estructura se asoman las balconadas de las casas hidalgas del solar, en cuyas paredes lucen las enseñas heráldicas más notables.

En la calle del Agua se encuentra la casa (hoy Biblioteca) donde durante una noche durmió tras su sonado desembarco en Tazones, nunca fue tan celebrada una pérdida, en este caso, fue la del Príncipe de Gante o más exactamente Carlos V de Sacro Imperio Romano Germánico “El César” que venía a tomar posesión posición como rey Carlos I, gracias a su real ascendencia y el reconocimiento como tal por parte del papa León X y la bula Pacificus et aeternum de 1 de abril de 1517.

Ilustración 7 Casa donde durmió Carlos V en Villaviciosa (Foto Miki López)

Un poco más allá la casa natal del político del Trienio Liberal e historiador D. José Caveda y Nava, concejal de la villa y miembro de la Junta General del Principado de Asturias y autor de un notable libro, el primero que se dio en Asturias, con textos en asturiano.


Nos ponemos en marcha

Tras un breve paseo para ver los notables edificios de ambas calles observando los distintos escudos nobiliarios, cogimos la dirección de San Juan de Amandi pasando por la barriada de Las Colominas, tomando como vía de salida el Paseo de la Alameda, que nos llevó hasta Amandi donde visitamos la iglesia parroquial de San Juan de (Maliayo) Amandi (S. XIII) aunque su primer edificio se cree levantado en el siglo IX durante el reinado de Ordoño I, aunque el actual edificio como es ya connatural sufrió múltiples reformas.

Ilustración 8 San Juan de Amandi

Lo importante de esta iglesia es su portada occidental, ya que su decoración la vinculan Santa María de Valdediós. Es una portada abocinada compuesta por cuatro arquivoltas concéntricas en disminución hacia adentro; la interior está decorada con un zigzag geométrico que se apoya directamente en las jambas, mientras que las otras lo hacen sobre imposta, y está sobre tres columnas a cada lado, rematadas por capiteles ricamente decoradas. 

La principal característica del edificio radica en su importante decoración escultórica, de sabores alquímicos y hasta cabalísticos que s dejan ver en las portadas, capiteles, arco de triunfo y el ábside. Too ese conjunto nos cuentan historias en piedra, una la de Adán y Eva cada cual mirando en dirección contraria, con un árbol alquímico de siete frutos; otra imagen es la lapidación de San Esteban.


Ilustración 9 Portada de San Juan de Amandi

Y donde lo profano se mezcla si ambages con lo sagrado, ya que se nos muestran capiteles que muestran a músicos y danzantes, duelos de caballeros medievales o escenas de la caza del jabalí, y hasta hay una abigarrada escena que presenta a los doce apóstoles, al pantocrátor y a los cuatro símbolos de los evangelistas: ángel, águila, león y toro, todo ello entremezclado con motivos vegetales, geométricos, representaciones antropomorfas, escenas sagradas y profanas, y motivos zoomórficos,

Si olvidar el muestrario que nos dejaron los canteros del edificio que expusieron a la vista de todo cristiano que se preciara, por si no lo había visto o no lo sabía una escena homosexual, aunque uno de los personajes masculinos está destruido, quién, otro canecillo muestra a un hombre con un pene grande, pero grande y todo en los canecillos exteriores del ábside. Y de cuyo templo el escritor y crítico de arte Jose Antonio Samaniego le dedicó un interesante texto: Lectura hermética de San Juan de Amandi.


Empate con la Ruta del Garrapiellu.

Esta es una ruta que se diseñó por la Asociación Cultural El Garrapiellu que serán quienes en 1991 se echaron la manta a la cabeza, y señalizaron una ruta que unía Gijón con Covadonga en base a varias etapas , las cuales vienen a dar un total de entre 75 a 80 kilómetros, que dadas las problemáticas logísticas cada romero reparte a su manera .

Nosotros tomando ejemplo, dejamos atrás el templo hermético de San Juan, que por cierto dicho templo está exento de cualquier relación pictórica o escultórica con San Juan, y desfilando a través de la larga acera que atraviesa la parroquia de Norte a Sur desembocamos en el lugar de Valbucar, donde nos dimos de bruces con el trazado del Camino de Covadonga, que ya no perderemos hasta más allá de Cangas de Onís.


El Camino del Garrapiellu o Camín de Covadonga,

Como siempre, esos primeros tramos nos sirvieron para ir acoplando mochilas, y adecuando el vestuario a las necesidades del momento.

El camino de tierra será el bautismo nada más empezar a rodear la finca de La Vega hasta desembocar en la pedroleo que nos deja el aledaño río Profundu, un paso de piedras pulidas que hay que ir sorteando como uno mejor sepa hasta desembocar en el acceso rodado que nos lleva ante el caserío, cada vez más remozado, de Villaverde, siguiendo las marcas del Camino de Covadonga, que aún perduran, una intensa labor que llevé a cabo antes del Covid virando todo el marcaje al color azul, para evitar confusiones con el Camino de Santiago.

Ilustración 10 Señalitica varia (foto de Dani Pérez)

Aunque lo cierto es que el trazado está lleno de marcas, de todo tipo y naturaleza, pero las marcas azules nos llevarán sin problemas hasta Sietes, lugar donde dejé el marcaje que vine trayendo desde Gijón, a base de remarcajes y adecuaciones viradas al color azul. En la zona, quedan ya muy pocas señales de madera de aquellas que puso la Asociación El Garrapiellu., que por Miyares, Llames de Parres todavía se ven con cierta asiduidad.

Se deja de lado el PR de la Ruta de los Molinos de Profundu, que se solapa con el Camino de Covadonga, el que es muy visitado, y cuya primicia es poder ver diferentes molinos y hasta una cascada, y cuyo trazado sube a la aldea de Buslad que forma paralela a la nuestra ruta, de hecho podríamos coger tal camino para subir a Sietes.

El personal va contento, y pese a la lluvia va sacando fotos acá y allá, sobre todo Dani Pérez, que hace de fotógrafo grupal, buenos encuadres y detalle curiosos pueblan su mente fotográfica. La cuesta asfaltada concluye cuando el acceso vira a la derecha hacia una de las casas de Cayao, nosotros seguimos por la izquierda por un camino se desarrolla por entre la plantación de Arándanos El Llano, tras esta el camino cruza la mata boscosa, primero para llegar a la llamada Venta Coro, y tras un tramo por la AS-332 se entra hacia Moratín, donde surge la sorpresa, nada más entrar en dicho carril hormigonado nos damos de bruces con la pintada, que indica que estamos en un Camino Público. ¡Nota para navegantes ¡


Vamos rampa arriba por el recorrido del conflicto de Cayao, un poco más arriba otra pintada del mismo estilo que la de abajo. Se deja el acceso hormigonado de subiendo a Cuetobaxo para desembocar en la carretera AS-332 y seguir por ella hasta el kilómetro 7 donde nos desviamos a la derecha para entrar en el pueblo de Breceña, con la ilusión de tomar algo caliente en bar del pueblo, pero esto fue imposible pese a los ruegos ante la propietaria, esta aducía que era su día de descanso y eso era poco menos que sagrado, por lo que hubimos de reagruparnos bajo el alero del hórreo de la plaza, que preside una iglesia dedicada a San Pedro, la cual llama muy poco la atención dado que esta se fundó en 1723.

Ilustración 11 Al fondo escuelas de Breceña

Un tramo más por la AS-332 y se pasa por delante de una remozada capilla de Ánimas que nos da acceso a una edificación que llama poderosamente la atención, se trata de las Escuelas Pública de Breceña que son de 1914 que en parte fue fruto de la acción de los «hijos americanos breceñeses que colaboraron en la edificación de los locales escolares», ya que eran «conocedores de primera mano de los aprietos que se encontraron por su escasa cualificación y una vez de regreso no solo se dedicaron a edificar casas, sino que también invirtieron en educación».

Es un magnífico edificio que muestra un espléndido reloj que paradójicamente fue donado por un notable masón (grado 33º), pero nacido en Cabranes, y que en cumplimiento de una “promesa electoral” que realizó el que fuera diputado por Villaviciosa de 1914-1916, el reformista José María Rodríguez, que prometió que sí salía diputado donaría el reloj, una vez alcanzado el objetivo cumplió su promesa.

Salimos de Breceña tomando de nuevo la AS-332 hacia el desvío de la aldea de Buslad, al cual entramos ya separados en dos grupos, para de esta forma allegarnos a la aldea de Sietes., una vez llegado a la aldea se dobla sobre la ermita de San Juan.

El personal caminero ya iba cogiendo calentura, y cuando llegamos a Sietes el grupo de corricolaris: Monica, Dani y Joao, digamos que ya iban lanzados para el Alto de Anayo,  o sea que obviaron  la visita a la aldea, y la monumental portada que presenta la iglesia de San Emeterio de Sietes, que es muy singular. De estilo renacentista, hermética como ella sola, se levanta bajo la advocación de San Emeterio. En su portada consta en la inscripción fundacional: «Esta Iglesia mandó hacer el vachiller Fernando Suárez / año de 1555».

Ilustración 12 Vista de la iglesia y pueblo de Sietes

Perras debía de tener el susodicho personaje, familia de la estirpe de los Cantos, bachiller en letras, como para levantar a modo morada última esta especie de iglesia fortaleza. Se habla de un señor que batalló con los afamados Quiñones…

La portada reúne cuestiones interesantes para una iglesia: soles y estrellas, y extrañas figuras y hasta un orondo pantocrátor, y alguna otra cosa curiosa como la cruz que remata la portada, ya el santo patrón San Emeterio, dejó también su huella entre los esotéricos zapateros mansoleas de Pimiango, al pie del Monasterio de Tina.

Lo dicho, los corricolaris corrieron, y corrieron hacia el bar de Anayo, pero lo que no sabían era que a la hora que ellos llegarían estaría cerrado dicho establecimiento

Por nuestra parte: Armando, Carol, y el que suscribe encontramos el Bar de Prida en Sietes, abierto, y allí nos refugiamos para tomar un bocadillo de jamón, un poco de cecina y queso, y reponer así fuerzas, lo cual rematamos con unos cafés con gotes, y ya reconfortados, pues nos encontrábamos más o menos en la mitad del recorrido, nos echamos al camino.

Armando Cofiño, tras el cafetín y el bizcocho ejerciendo de influencer

Cuando salíamos de comer, escampó la lluvia durante unos minutos, pero pronto volvimos a las andadas, aunque ello todavía nos permitía ver las cordales, primero la de Peña Cabrera, con los pueblos que bajo su vera miran al solano: La Madrera, Cermuño y Los Llanos; yendo hacia Anayo, los pueblos de Rales, Piedrafita y San Martín de Vallés (dicen que pueblo de refugiados judíos), más allá el promontorio del Cueto el Otro con los núcleos guarecidos bajo cumbre: Fresnosa y Pandiellu.

Se sale de Sietes por el barrio Cotoraxu donde se ubica la Escuela-Casino que tantas remembranzas indianas tiene, ya que fueron los oriundos de este pueblo, como tan cotidiana fue tal acción en Asturias, o sea los emigrados a Cuba y México y otras latitudes.

Ilustración 13 Capilla de Aunimas y Casino de Sietes

Estos emigrantes a las Américas fueron quienes en gran parte ayudaron a modernizar los pueblos con escuelas, lavaderos, etc , y Sietes no fue menos, y pudieron verse premiados con la acción de sus paisanos emigrados con la construcción de un Casino, que por cierto en su fachada se halla la placa dedicada por la empresa de Bil Gates Microsoft en honor a su programa Windows 7.

Mural en el Casino sobre su historia y los Indiamos

Al final, tras un tramo de unos 5 km., se llega a Llares, cuyo caserío marca el límite concejil, y un poco más allá, el Alto de Anayo que marca la divisoria de aguas vertientes entre Villaviciosa y Piloña, y donde se da dando lugar entre otras riegas al río Borines.

Iglesia de Anayo

En Anayo, con el bar cerrado, nos refugiamos en el atrio porticado de la iglesia parroquial que aunque muy reformada, esta es bastante antigua, según reza la placa informativa. Dicha iglesia está bajo la advocación de Santa María, y como casi todas las iglesias que presentas estas reformas están construidas sobre otros templo, el que se alude en la placa de información este alude a un documento del año 926, por el que Ramiro II de León, nieto de Alfonso III y Jimena, confirmó a la Catedral de Oviedo los privilegios y donaciones de sus antepasados, entre las que rezaba "In Enaio ecclesiam Sancte Marie cum adicensiis suis ab integro".

  Ilustración 14 Armando Cofiño y Carolina M. Elena en la iglesia de Anayo

Anayo y el Alto la Llama son parte de los viejos enclaves camineros, el primero relacionado con un antiguo camino real conocido, y que unía el que venía desde la Meseta hacia la costa, uno iba directamente desde La Llama hacia Lastres, y aquí había un ramal que se abría al Oeste para ir a buscar el puerto marítimo de Tazones. 

También se habla del camino que pasaba por Anayo uniendo los puntos de Gijón con Covadonga, aunque me supongo que ese camino de peregrinaje mariano es mucha más reciente.

Ilustración 15 Capilla de änimas de Retuerta

Desde Anayo se camina apenas 2 km por la AS-258 para entrar en la Retuerta hacia San Martín de Borines, dos kilómetros de bajada hacia lo fondero del valle de Borines lo cual nos da bonitas vistas también sobre la Sierra del Sueve, una bajada en cuyo trazado amén de no dejarnos ver el enclave del viejo balneario de Borines, que abrió por primera vez sus puertas en 1892; es que no había que quitarles un ojo a los empinados firmes hormigonados, pues a la mínima te ibas al suelo.

Volviendo a la historia del balneario, este en 1920 pasó a convertirse en Aguas de Borines para poder dedicarse al envasado y distribución de aguas, y después de un buen montón de años dejó la explotación de dicha actividad, y ahora tras el Covid, se dedica a la expansión cervecera, presentando la cerveza Ordum.

Ilustración 16 Vieja fotografía de la instalación del balneario de Borines

Los kilómetros y la mochila van pesando, no en vano. Pues llevamos casi que 21 km andados realizados en unas 6 horas de ruta.

Ilustración 17 Casonas de Indianos en el valle de Borines

Una vez ganado el valle, tras la dura bajada dimos con nuestra carga mochilera a las puertas de Vallobal, pudiendo ver los vestigios de las viejas casonas indianas de los ricos hacendados de la zona. Como parte de esa representación del poder social de la zona, en concreto de la estirpe de los Villa, la famosa Torre mandada construir por Juan Francisco de la Villa Estrada, siendo conocida como torre palacio de Omedal, construido a finales del siglo XVI y principios del XVII, como tal cuenta con una torre almenada, aunque conserva aún restos de la construcción original, hoy tal edificio se haya deshabitado.

Ilustración 18 Torre de Omedal

Vallobal nos dio paso a la aldea de Miyares, cuya centro de referencia lo marca la colonial y colosal iglesia dedicada a Ntra Srª de la O, que es de reciente construcción, un poco más allá nos damos con l establecimiento de una neorrural madrileña, hoy fraternal hospitalera, con años de ejercicio: Doña Victoria del Albergue la Figar, que nos acogió maravillosamente, y no tardando mucho, tras una ducha y toma de habitaciones, nos brindó una más que excelente cena, regada con sidra El Gallu Pintu, de la sociedad cooperativa Campoastur de Valdés, Sorprendente

Ilustración 19 Miyares y su iglesia

De esta guisa pasamos la prueba de nuestra primera etapa peregrina y caminera.

Podcast  UN BUEN DIA PARA VIAJAR

Victor Guerra