sábado, 7 de diciembre de 2019

EL CAMINO DE SANTIAGO Y LA ASTURIAS MÁGICA



INTRODUCCIÓN

Aprovechando que el Camino de Santiago pasa por Asturias y que a su vez por la parte Oriental, por orden y mando del Principado se ha convertido a su vez el Gran Recorrido (GR ) E-9 me he lanzado a los juegos sincréticos, mágicos y esotéricos que tanto gustan y que pueden ser todo un divertimento a modo del juego mágico de la Oca por Asturias.

Aquí les dejo con parte de los textos.


Comenzamos nuestro viaje por Camino de Santiago, que unos denominan de la Costa y otros del Norte, ignorando casi todos ellos, y yo fui el primero que este largo camino, procedente de la tierra de los «Francos» tuvo un viejo nombre conocido como las Veredas de San Salvador, o sea las viejas trochas y veredas que se iban abriendo paso por la rasas costeras norteñas, salpicando su traza por diverso hitos religiosos levantados en honor de San Salvador, cuyo remate final no era  Santiago, eso vino luego, sino Oviedo, la primera capital peregrina allá en los confines del estertor de los reyes visigodos astures.



Luego vino lo de Santiago, y el trazado viejo de las Veredas de San Salvador, con todos sus templos dedicados a San Salvador, pasaron al baúl del olvido, y la nueva romanización jacobea, trajo el nombre del Camino de los Francos, pues eran muchos los autóctonos de tierras galas que se dejaron caer por estas tierras, peregrinos, comerciantes, trajineros. Etc.



Con el albur de la nuevas epopeyas peregrinas el trazado pasó a ser el Camino del Norte dentro de la clasificación de los Caminos Jacobeos «oficializados» y por tanto signado con unas flechas amarillas, cada una de su padre y madre y y al albur del buen hacer del pintor de cada sitio y lugar, y que en Asturias, en tiempos racionalistas y laicos cuando pasábamos de Caminos santiagueros allá por los témporas del 80, pues lo rebautizamos tomando prestada su traza como  el GR–E9, un sendero de largo recorrido que ya su bautizo corresponde a una curiosa coincidencia, seguramente no buscada por sus autores y diseñadores, aunque debamos saber lo que tal signatura significa exotéricamente: Gran Recorrido (GR), que se señaliza con bandas blancas y rojas. La letra E corresponde a España, y el nº 9 correspondería a la numeración Internacional.


Por tanto, para comenzar nuestro camino es bueno dejar volar la imaginación y adentrarnos en el juego hermético y cabalístico que nos va poniendo delante el propio camino, que además nos pide una mente y un corazón abiertos, no para terminar creyendo en ovnis o en fantasmagóricos espíritus andantes, sino para entrenar nuestros sentidos a percibir y relacionar todo con el Todo, o la Nada con el Universo, que por algo se empieza.


Eha pues, ésta es la propuesta, un símil juego de la oca lleno de interpretaciones y simbolismos, abierto a múltiples interpretaciones y relaciones, tan objetivas y subjetivas como nuestra razón lo estime oportuno, en nuestra mano está descifrarlo, y por supuesto vivirlo y recorrerlo para ver y comprobar si lo que digo es cierto, o es fruto de adormidera de sestear bajo los míticos tejos astures.



Pero no deja de ser curioso y hasta paradójico que el inocente GR E-9 guarde celosamente todo un contenido esotérico de juegos malabares de proyección cabalística, la primera en la frente, y eso sin echar a caminar, pero debemos prepararnos a lo que se nos viene encima, pues la conjunción de letras y números del sendero que iniciamos tiene todo un significado cabalístico y por ende esotérico.



Vayamos por partes: la letra G es todo un pozo de significaciones, pues la G griega tiene forma de escuadra (símbolo esencial en el oficio de los constructores que además dejaron su saber a través del camino como iremos viendo); en otra vertiente la Ghimel hebrea evoca la Gran Tríada, luego veremos qué pasa con la tríada, que a su vez es el símbolo del Centro, que bien pudiera corresponder a esta Vereda que comenzamos bajo variados nombres.



La G es una letra esencial en la masonería pues aparece asociada a la Estrella Flamígera y utilizada por las escuelas pitagóricas y la masonerías operativa y especulativa. El estudioso René Guenón le asimila una clave simbólica en la cual juega un papel importante que se relaciona con los , hermandad templaria a la que perteneció el poeta Dante, y que a su vez estuvo relacionada con la masonería; aunque más adelante veremos que por aquí también andan todos caballeros, poetas, constructores y hasta masones.

La letra R tiene menos trascendencia hermética, para los hebreos representa la independencia, que tal vez podamos referirnos al sentido de cómo se debe recorrer el camino; por otro lado, tal letra es para los musulmanes el vigésimo nombre de dios “Rabb”, y la letra G para estos mismos creyentes representa el vigésimo octavo nombre de dios “Ghafur” que quiere decir el “Gran Perdonador”

Ese mismo que encontramos en cada etapa representado en basílicas y catedrales o en hitos como los que se levantaron en memoria de El Salvador.

Por todo ello, cada vez queda más claro que ir a Santiago de Compostela no es lo importante, sino que lo esencial es realizar el Camino, en cuya esencia radica la búsqueda de Rabb y del Ghafur, el encuentro con uno mismo en ese atanor que es el viaje iniciático.


Asimismo la letra E representa el Este, en esta caso al Oriente, que en masonería es la cabeza del templo donde trabajan los masones, lugar donde se coloca el Venerable, el Orador y el Secretario y lugar en el que también se colocan las tres grandes luces que lo conforman el compás, la escuadra y el libro de las Constituciones o el libro sagrado, que bien puede ser la Biblia, o el Corán, y como no, las herramientas necesarias para los constructores: el compás y la escuadra.
Si tales cuestiones en sí mismas nos dicen más bien poco, o casi nada por aquello del carácter escéptico, o porque cuesta creer en cosas raras o extrañas, no se apuren pues ya saben ese apotegma de “no creo en brujas, pero haber haylas”.

Llegados a este punto habría que preguntarse: ¿Qué hace un incrédulo de tal calibre, como usted, leyendo unos párrafos de esta calaña?

Textos donde se dan la mano lo esotérico y lo exotérico, la magia secreta y el racionalismo más áspero, y todo ello envuelto en la más pura alquimia hermética que es caminar estas tierras, que iremos disfrutando o maldiciendo a bordo de la escoba histórica que me creado para este momento tan literario.
Se trata pues de hacer más “diver” el camino; de hacerlo más entretenido y si por casualidad tocamos la flauta y la fibra sensible de las personas y el territorio, pues mejor que mejor.


Por eso volviendo al redil de nuestras conjeturas, de nuevo probamos con lo que nos pueda decir el número 9, que es el triángulo del ternario, o sea el tres multiplicado por sí mismo, que vendría a representar la imagen de los tres mundos: material, espiritual y mental, estadios en los que nos solemos desenvolver los humanos, aunque unos con mejor fortuna que otros; por tanto estamos hablando del número que viene a representar la Vida, la Generación, y la Regeneración Inmanente. O sea, aquello que se ha de dar a lo largo del Camino.


Comenta un estudioso como Juan Carlos Daza que en los Misterios de Eleusis: que Deméter llora y busca a Coré, durante nueve días, que lo pone en relación con las 9 vueltas que dan los 9 maestros que buscan la tumba del Maestro Hiram, el gran arquitecto del Templo de Salomón. Nosotros todavía a estas alturas no se muy bien que buscamos, solo hay una idea fija llegar a Oviedo ante el Salvador, y luego seguir a Santiago.

Historia, mitos y leyendas que se irán cruzando en nuestro caminar , y que nos obligará a rellenar un sin fin de páginas, y todo ello por embrollados y escabrosos terrenos, por caminos, trochas y veredas en los cuales el embrollo está más que  asegurado.

Si bien no podemos obviar que el 9 es el símbolo del Maestro que viene representado en la Tabla de Theon o Tabla de la Memoria, el cuadrado mágico de orden 3 (3x3) que conjuga los nueve primeros números.

Volviendo a la masonería esas son las luces que iluminan la cámara del Maestro. Número que a su vez representa lo eterno de la inmortalidad humana. ¡Ahí queda eso!


En la tradición hebraica es el número que representa el símbolo de la Verdad , ya que se reproduce así mismo, y para colmo, es un número que por ser la última cifra de la serie representa el fin y el comienzo , el nacimiento y la germinación, al tiempo que la muerte, aunque esa germinación es hacia abajo, material.

Armados de tan sólidos argumentos y tan peregrinas herramientas comenzamos un camino-sendero que como un puzle nos irá arrojando un sin fin de casillas y de saltos, de atrás hacia adelante, a modo del gran Juego de la Oca, iremos perfilando nuestra particular peregrinación, de carácter iniciático para los más trascendentes, o simplemente lúdico para los incrédulos. ¡Como ustedes prefieran ¡  

Pero como en todo, digamos que por medio estará el conocimiento y nuestra predisposición a comprenderlo.


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Tal vez no lo sepan ustedes modernos pateadores de estas infraestructuras senderistas, pero al realizar el moderno GR E-9, están ustedes volviendo a realizar la vieja senda peregrina e iniciática de los Salvadores, un primigenio camino que se denominó Camino o Vereda de San Salvador, y luego Camino de Santiago, por eso bajo esos dos señores se entienda mejor el refrán de: “quien va Santiago sin ir a San Salvador, visita al criado y no al Señor”.



Camino o senda ésta que fue abandonada, pues ya ustedes saben, o imaginan por efectos del marketing, bien del mal tiempo, o el mal andar, y porque hubo épocas que el personal pensaba en otras cosas, a lo que hoy hay que sumar la jungla de intereses políticos, religiosos territoriales y monetarios que se dieron en determinadas épocas e instancias, lo cual nos desplazó a los norteños de la historia,  y que concluyó con la preeminencia del llamado Camino Francés, o sea un pujante sol, e infraestructuras por doquier, y mucha pujanza, aunque les falte la mar salada y no se olvide uno que va por la seca Castilla.

Nuestro Camino Costero, bien del Norte , o la Vereda, o el moderno E-9, todo ello por la traza jacobita  donde las haya,  aunque para mi gusto y recogiendo informaciones de antaño, prefiero el nombre con que alguien bautizó esta traza Vereda de los San Salvadores, las cuales fueron fruto del trabajo e investigaciones y con defensa a ultranza ante aquellas rancias autoridades turísticas de finales de los 60, con D. Fraga Iribarne al frente, y cuyas tesis en pro de las Vereda defendía D. Luis Merediz Parreño, pariente de un interesante masón, del que ya hablaremos más adelante.

Don Luis defendía este camino costero sobre otros, como así lo atestiguan sus interesantes notas, estudios, pero pese a sus presiones sobre la élite política del momento para que esta Vereda tuviese un fiel reconocimiento mediático, no hubo manera. . Hasta llegó a realizar un mapa con el recorrido costero con los topónimos en árabe y demás cuestiones esotéricas por si pitaba la cosa, aunque poco a poco fue pitando.

Según las viejas notas autógrafas de D. Luis Merediz, este camino costero tenía el don ser protegido por una llamada “Hermandad de los Cambeadores”, que a su vez dio origen a la “Orden de los Caballeros de la Espada” y sucesivamente a la Orden de San Salvador  y que aparecen en la zona Oriental asturiana, y también en la zona gallega , en concreto en Paradela.

 ¿Que tiene que ver esa vieja Orden de Cambeadores, de la cual hay tan pocos rastros como referencias, con la fenecida Orden del Temple y sus aficiones cambistas?

 Hallar la contestación no es fácil, y seguramente que al realizar el camino iremos descubriendo por nosotros mismo todo ese misterio.

@Victor Guerra