El otro coautor
es Antonio
Hernández González. «licenciado en
Geografía e Historia, especialidad de Historia Medieval. Empezó su carrera
docente en Oviedo, en el Instituto Alfonso II. De ahí su entusiasmo y
conocimiento de la materia, que ha plasmado en el libro. En 1992 hizo su primer
Camino, en solitario. Desde entonces ha recorrido los caminos del Norte,
Mozárabe desde Sevilla, Portugués, Inglés, etc. Tiene cinco compostelanas. Ha
trabajado en León, Navarra y La Rioja como hospitalero y pertenece a la Asociación
de Hospitaleros Voluntarios del Camino de Santiago».
En el libro las
biografías se muestran mucho más extensas y prolijas.
El producto que
han puesto a la venta es un libro grande: 17x24 cm., que encierra un contenido novelado,
que luego analizaré, y lo ponen en circulación en un continente de 448 hojas.
Digamos que son parte de la moda, pues estamos ante la nueva ola de novelas o
publicaciones en general relacionadas con el Camino o Caminos de Santiago, y
que en este caso lleva adelante la Editorial Spica de Valladolid, y cuyo precio de VP es de 24 E.
Desde luego no
es una novela para llevarse a la cama, dado su tamaño y peso, pero al final lo
que importa es el contenido que, el cual se puede incluir dentro de las novelas
históricas tan al uso y que el grupo de Libros del y para el
Camino de Facebook reseñamos.
La novela pues lo
clásico en esto de los contextos históricos, se permiten las debidas licencias
históricas, literarias, que en este caso son varias y variadas y algunas de
bulto mayúsculo, al menos para los lectores.
En la Introducción,
ya indican los autores que «no tienen datos concretos sobre el inicio del culto
a Santiago, pero sí del itinerario seguido por los primeros peregrinos».
Ante tal
afirmación, digamos que la primera en la frente, primero porque digamos, que no
hay ponencias, libros, ensayos sobre ese nacimiento y su desarrollo del fenómeno
jacobeo desde los libros de Monseñor Guerra, pasando por trabajos más recientes
como los de Pablo Martín Prieto, o el de Manuel Garrido Francisco Singul: El
Camino que vence al tiempo. La Peregrinación a Compostela. Por decir
algunos.
En todo caso a mí me interesaba la segunda cuestión a cerca de los itinerarios
de los primeros peregrinos, que me parece más dificil, sobre todo por la
pobreza documental una vez nos salimos de los caminos trillados, Lo cierto que
cuando uno lee texto no sabe si estos autores están hablando de los trazados de
los “primitivos caminos” aquellos bautizados como salvadoreños, puesto que las
advocaciones de los monasterios y sus correspondientes albergues estaban bajo la figura de San Salvador, los cuales tuvieron
auge entre el siglo VIII y IX.
Luego vino la
colonización de dichos trazados por el fenómeno jacobeo, que, según los
autores, ese fue el primer camino jacobeo, deben referirse al del Norte, que
según ellos, los «reyes desviaron el Original [camino]de Iaakob que seguía
desde Aquisgrán a Compostela, y que unió a dos reyes a Alfonso II y a
Carlomagno».
Es de suponer
que lo que hicieron esos reyes (aragonés, navarros y castellanos) fue el
llevarse la peregrinatio al territorio neutro que se estableció tanto
por ellos como por la orquestación de los monjes negros Cluny, desarrollando
así el llamado Camino Francés. Así entiendo lo expuesto.
El texto nos
deja con una paradoja, pues dicho autores, peregrino uno y licenciado otro,
hacen desaparecer de un plumazo una serie de peregrinaciones antiguas, las salvadoreñas,
que llegaron a contar solo en Asturias, entre los años 793 y el 1090, unos doscientos
establecimientos, y en ese tiempo todavía estaban fabricando la famosa barca de
piedra que le traería a Spania, a Santiago , unos tiempos en que ya Oviedo era la casa del
Señor: El Salvador
Por tanto, incluir el factor jacobeo en los viajes entre Oviedo y Aquisgrán es mucha licencia literaria e histórica porque lo que protagonizó esos viajes fue la polémica adopcionista, que fue la imbricó a los reinos y a sus dos grandes pensadores monjiles: Alcuino de York y a Beato de Liébana.
Luego
años más tarde sí que vendría el fenómeno jacobeo, colonizando otras
peregrinaciones y otros trazados, pero en Asturias eso fue mucho más tarde, porque
lo que primaba era el Camino Francés.
Por
tanto, para los no entendidos en estas cuestiones dejo estas disquisiciones,
para evitar algunos malentendidos y la construcción de tópicos tan típicos
entre la grey peregrina.
En
ese mismo capítulo, los autores pergeñan un trazado un tanto a vuela pluma, al
decir que los peregrinos iban desde «…Brañosera a Santo Toribio de Liébana,
donde adoraban las Santa Reliquias y el Lignun Crucis y seguían por Espinama,
Valdeón y Cangas de Onís», lo cual dicen sacar del libro Noticias del Noble
y Real Valle del Mena. Provincia de Cantabria, (1892) Cuyo autor es anónimo,
con notas y demás..., salidas de la pluma de Don Julián de San Pelayo, pero consultado
el libro en este no se cita ese pretendido itinerario por Valdeón a Cangas de
Onís, luego hablaré de ese recorrido el cual parecen desconocer los autores,
dado lo que describen.
En
el capítulo 1 del libro, indican un tema que se debe tener en cuenta, y es que citan
las fechas por de Eras, o sea la Era
Hispánica, por lo cual para saber las fechas exactas hay que restarle a las
famosas Eras que consignan en el libro, unos 38 años, lo cual, dado el baile de
años para lo eventos, hace que tengamos, si somos algo escrupulosos o puntillosos
con la calculadora en mano para confirmar,
o ajustar fechas.
Por
ejemplo, en la página 17 en un testamento que deja una tal Doña Eldoara, (la cual murió en el año 833) dice que deja en
un testamento, que se redacta en el 863? unas propiedades a la iglesia de Santa María
para que sirvan para dar cobijo y sustento a los peregrinos que van Compostela
a visitar la tumba de Sancti Jacobi, y es curiosa esta temática pues lo hace tan
solo 3 años más tarde del supuesto descubrimiento que sería en el 830?. La realidad
estas mudanzas peregrinas empiezan muy adelantado el siglo IX , y no serán un
hecho hasta el siglo XI y XII. En fin, son estos desfases bastante comunes en
el libro.
Por
otro lado, otra licencia es cuando se hace viajar al Rey Alfonso II al Campus
Stellae en la Era de 856- o sea en el 818, cuando en realidad los acercamientos
al tema del descubrimiento del sepulcro fue entre el 820-830, y por ejemplo en
el libro de la Cronología Jacobea se da como probable fecha de esa
visita en 834.
Los
novelistas hacen participar a rey asturiano (Alfonso II), que habrá que ver si
de verdad fue a Iria Flavia dada su edad, ya que este muere en el 842 a edad
avanzada, además de que ninguna crónica se hace eco de ese “Cucurrimus” lo
que no quita que bien pudieron ser los Comes Palati los que
representaran al rey, ya que además Gallaecia no solo estaba lejos, sino que era
una tierra un tanto levantisca con la corte asturiana, y pasear por sus tierras
en esos momentos no parecía lo más adecuado dado que en el la década entre 770
y 780 se había dado la batalla de Montecubierto, que recogen las crónicas Rotense
y la Sebastianense habla de ello, pero hubo tras de las cuales desconocemos
los detalles.
Por otra parte, el proyecto de Alfonso II era
desarrollar su capital y que esta fuera el centro devocional de sus “imperio”
con la famosa cripta y luego catedral de San Salvador en Oviedo, y debiera de estar
como no, lo que hubiera en Iria Flavia, y más cuando toda su estirpe desde
Fruela habían matado para hacerse con reliquias de santos y mártires dada la
simbiosis que se dio entre monarquía y religión y no iba ahora a dejar, allá en
las quimbambas, una supuesta tumba de un apóstol, ….
Tal
vez la firma del famoso protocolo de las leguas de respeto de Iria Flavia,
responda a esa intención de los astures de querer llevarse lo que en Iria hubiera
aparecido, que por cierto en la página 33 los autores indican que el sepulcro apareció
en el 813. Lo ultimo publicado por la Cronología Jacobea de Manuel F. Rodríguez,
libro de la Xunta, sitúa tal hecho, por aquello de no pillarse los dedos entre
el 819y 834.
Estos
bailes de fechas se dejan ver en varias páginas, por ejemplo, en la página 53
cuando se dice que Beato estaba en la corte de Alfonso II, es posible, pero
Beato vive en Liébana a 6 jornadas de Oviedo,, y cuando Alfonso II se corona en
el 791, las fechas más extremas de la
muerte de Beato la sitúan en el 798, o
sea que fallece muy viejo, por tanto, es raro que en las postrimerías de su
muerte anduviera por la corte de Alfonso II como asesor, aunque este tipo de
traslaciones son muy típicas entre los novelistas, alguno de ellos sitúa a
Beato en Valdediós que no había de aquella ni monasterio, y media entre Aurelio
y Ramiro en la carrera por la corona de Fruela, y hace de confesor de Adosinda.
En
la página 69 se nos plantea una embajada que va al país de los Francos, no dice
el año, puesto que hubo tres viajes de los que tengamos conocimiento, es más
hace decir a Beato el itinerario para ir a Aquisgrán, aunque no sabemos muy
bien donde saca dicha información el monje, máxime cuando Beato, sí se trataba
de la 1ª embajada a Aquisgrán en el 795 le quedan tres años de vida.
Las
susodichas licencias históricas llevan a decir a Adolfo y Antonio en la pág. 72,
que Alfonso II dio a la embajada credenciales, al igual que Beato, y surge la
pregunta ¿Qué credenciales podría dar Beato, monje ó posible abad de Turieno, ? Cuando en realidad ya en la segunda embajada es Basilisco el teólogo de Alfonso II, personaje que en
la novela este juega el papel de yerno del protagonista del tal Fruela que
estuvo presente en las embajadas ante la corte de Carlomagno, pero que no tiene mucha más transcendencia. En fín
Luego
en la pág. 122 se habla de un viaje de Alfonso II a Tolosa (Toulouse), que se
sepa dicho rey nunca viajó a tierras francas y aclarar que tampoco Nepociano se
levanta contra Alfonso II sino contra Ramiro I a la muerte del primero.
En
la página 161 se escribe que llega la noticia de la aparición de la tumba en la
Era del 850, en julio, o sea en el 812, la fecha la retrasan un año con
relación a lo dicho en la pág. 13 de la novela, todo un tanto desfasado como ya
dije, cuando las fechas que fijan para ese descubrimiento, que se sitúa entre los
años 820 y 830.
Las
licencias históricas les lleva a los autores a la realización de un viaje a
Santiago por parte de Bertha hija de Carlomagno y Luis El Piadoso a Santiago,
que no existió.
En
el libro me han interesado los capítulos dedicados a ese supuesto Viaje de los
francos a Santiago cuya descripción arranca en el capítulo XVI del libro,
página 293: El Viaje por el territorio franco, se trata más bien de un
relato literario más que una guía de viaje, pues en general queda supeditada a
los nombres de la etapa, y poco más, y a
los diferentes cruces de los ríos, que no sabemos cómo los cruzaban, pues
apenas hay detalles significativos de esos lugares, del patrimonio religioso o civil,
las posibles personalidades de cada lugar etc.
Pero
lo dicho, mi interés estaba en el viaje el viaje por estas tierras de Asturias,
lo cual relatan en el capítulo XVIII de Tudela a Santo Toribio, que sigue la
misma tónica que el relato anterior, pues en la bajada hacia Potes, pasan por delante
de varios cenobios importantes como el de Piasca, pero que ni siquiera es
nombrado, al igual que lo hacen con la zona de La Pernía y san Salvador de
Vañes o San Salvador de Cantamuda, o el resto de los lugares del Valle de
Valdeprado o de Liébana.
Hablan
de la aldea de Potes, que debía ser algo más que eso, dada la cantidad de
monasterio sitos en la zona: Lebeña, Aguas
Cálidas, Osina, Piasca, etc. y dicen los autores que bajan al 1monasterio
de Santo Toribio» cuando en esa época dicho cenobio era conocido como San Martín de
Turieno, precisamente en memoria del santo carolingio.
El
cambio de nombre se produce en 1125 manteniendo ambos nombres, y solo será Santo
Toribio de Liébana en 1181. Por tanto sería incomprensible que el nuevo abad del
monasterio, un tal Rigoberto, que no aparece
en el abadogio del monasterio lebaniego pudiera informar a Fruela del cambio de nombre del monasterio lebaniego,
pues faltaba muchos años aún para ello sucediera.
Las
interpolaciones de estos dos autores de la novela llegan a tal punto, que en lo
referido a la peregrinación de la hija de Carlomagno y Luis el Piadoso, esta
resulta bendecida en Acheen por Benito de Aniane, reformado benedictino, el
cual falleció en el 821, y si tenemos en cuenta que el sepulcro apareció en
820-830 y dicho viaje que no existió pero echando cuentas y cábalas según lo expuesto podemos adivinar que debieron
situarlo dichos fabuladores entre el 819 o el 820, o sea antes aparecer el
sepulcro o en ese mismo tiempo.
Como
ustedes queridos lectores pueden ver algo no encaja en casi toda la novela.
Pero
sigamos el viaje desde San Martín de Turieno lo llevan los autores hacia Fuente
Dé, curioso que no sea a Espinama, que era al menos una aldea importante en ese
momento, y dice que lo hacen valle arriba siguiendo el río Deva, no dan más
señas, luego de Fuente Dé, hacen que la comitiva suba valle arriba para
hacerlos pasar al valle de Valdeón, llegando de esta manera a Caldevilla, y de
ahí a Oseja.
Subir
en aquellos tiempos a los altos de Valcabao y Remoña con una cohorte tan
numerosa en caballo y se supone que con carros, aunque no sabemos en qué época cruzaron,
decir que tal paso para bajar a Caldevilla y luego a Oseja de Sajambre, para
plantar a los buenos francos en Cangas de Onís, o sea unos 44 kilometros, imposible para carretones al menos para bajar
a Cangas, para los caballos son distancias
muy largas y más sin con carga y viniendo de lejos. Y nos quedamos con las
ganas de saber por dónde pasaron de Caldevilla a Oseja y de aquí a Cangas de
Onís.
En
fín, mucha literatura y poca información, por no decir que ninguna. Pues Cangas
de Onís era o había sido la capital de la corte asturiana y algo habría que ver...
por ejemplo la capilla de Santa Cruz… la iglesia y monasterio Velania…, etc. o a la Cueva Domina (Covadonga)
Ya
puestos en Oviedo que irían es de imaginar por el Camino de los Francos, pero
salvo citar que se habían quedado en Infiesto, no hay más datos, los citados autores
de la novela hacen visitar a la comitiva de los francos, ya en Oviedo, tanto a Bertha como a Luis el Piadoso la basílica de
San Salvador, la cual fue verosímilmente
consagrada el 13 de octubre de 821 o sea que debieron encontrarse con visitantes
francos con los cimientos
Luego
los escritores, ya en Oviedo ponen al mando de la comitiva a Fruela y a Alfonso
II y los hacen desfilar por el lo que supone fue más tarde (siglo XXI) llamado
Camino Primitivo que fue un invento del investigador de Ricardo Polín en una
reunión de asociaciones jacobeas entre Asturias y Galicia.
De
ese viaje solo conocemos los lugares de destino, etapa por etapa: Grao, Salas, Tineo,
Borres, Berducedo, haciéndoles subir por la variante de Hospitales, no lo dicen
claramente, pero se supone, y dejando de lado el Camino Real de Galicia, además
de que cuyo periplo caminero iba por las tierras de Mirallo y Celón hacia Pola
de Allande, hasta que el rey Alfonso IX cambió el itinerario para que
obligatoriamente los peregrinos pasaran por Obona.
La
historia se vuelve un tanto rocambolesca, porque ese viaje con los francos de acompañantes
rumbo a Iria Flavia, lo convierten en el viaje de Alfonso II a Gallaecia, en el
famoso “cucurimus….
En
fín esto es lo que trae consigo un atenta lectura, cuyo título y divulgación de
la obra aventuraba, o al menos así lo creí yo, una pormenorizada guia de viaje,
o una historia novelada bien construid sobre fechas y demás, pero se ha quedado
en una novela más o menos interesante, de pocas certezas históricas y muy cosida
por los pelos históricos, pese a los currículos de los autores presagiaba otra
cosa, pero creo que a veces escribir a dos manos, traen esas consecuencias.
Por
lo demás, si uno no repara en esos detalles, pues como dice el refrán quien
repara en pelos no come gochu, pues la novela de digiere bien y es
entretenida ahora que está tan de moda la cuestión histórica en la novelística
donde se pueden retorcer de todo.
Suerte
a los autores con su novela
Victor
Guerra